Conociendo el calor tropical

El martes me levanté a las 4.15 de la mañana porque a las 5.00 me venían a buscar personas de la fundación para ir a la parroquia del Padre Manolo (ex marianista y donostiarra) en Ciudad Bolivar; para ir de excursión con los agentes pastorales de la parroquia y sus familias. En total unas 100 personas, entre niños, jóvenes, adultos y personas mayores nos citamos a las 5.30 en la plaza de la parroquia. 3 autobuses nos llevaron hasta un pueblo en tierra caliente. teníamos prevista la partida a las 5.30 pero 2 autobuses antes de llegar a la parroquia pincharon y al final salimos sobre las 7.30 de la mañana. Tocó esperar mucho en la calle (con un frío de puro invierno), pero aquí se lo toman con resignación y buen humor (en España tantas personas seguro q ya estaban demandando, chillando y pidiendo explicaciones). el viaje de ida duró casi 4 horas y el de vuelta lo mismo. LLegué a casa a las 22.00, fue un día largo pero precioso.

En el transcurso del recorrido se veía como el clima iba cambiando y la gente se iba despojando de sus abrigos y es que Colombia es una país de contrastes (en poco espacio hay riqueza y pobreza) a pocos kms hay frío y lluvia o calor de verano. La temperatura dentro del autobús y en la calle iba subiendo, cuando por fin llegamos al tan ansioso lugar (tras tener que bajarnos todos los pasajeros mientras el autobús repostaba en una gasolinera).

Era como un complejo "turístico" con pequeñas casas que se alquilan a turistas, en la mitad habia una piscina grande y otra pequeña, además de palmeras (vegetación preciosa y nueva para mi), un comedor donde almorzamos y espacio recreativo: billar, pin pon, rana...

De 11.00 a 13.00 nos bañamos en la piscina. Me impresionó que la mayoría de las personas no sabían nadar, ni niños ni adultos (no es algo prioritario aquí, además se sale muy poco de Bogotá, sino fuese por las excursiones de la parroquia). A mi me encanta el agua y estuve "enseñando a nadar" a niños y mayores. Fue una experiencia muy bonita ya que con personas mayores nunca había coincidido para enseñar a nadar. A la 13.00 fue el almuerzo y mientras estábamos comiendo empezó a llover a cántaros, pero no hacía frío, por lo que tras el almuerzo niños y jóvenes se metieron de nuevo en la piscina. para mi se acabó el baño y aprovechamos hasta las 17.00 para jugar a pin pon, billar y rana. para hablar, sacar fotos, estar con las personas...

En esa excursión estábamos 4 vascos: el Padre Manolo, Begoña (donostiarra que vive 6 meses en Donosti, 6 meses en Bogotá en la casa parroquial), una hermana mercedaria de Oñati y yo. Con lo grande q es el mundo..... parece mentira, eh? la hermana mercedaria ha estado en muchos países de centro y latino américa, luego estuvo en Oñati 10 años cuidando a sus padres pero solicitó que le enviasen a cualquier parte. Ella prefiere zonas rurales a Bogotá, pero también esta contentan aquí. Dice que en España se ahoga, y toda la vida espiritual, de comunidad, de fe, de misión es muy pobre. Testimonios de estas personas que llevan tantos años en otros paises y se les ve tan felices... son luz para los momentos de oscuridad.

En la excursión estuve mucho tiempo con profesores de ciudad bolivar (os recuerdo q hay 3 proyectos: el recuerdo, los alpes y vista hermosa) Sandra, Jonathan, Alex y Margoret; y personal de la fundación: Clara (responsable de los proyectos de Ciudad Bolivar) y Aura (directora de la fundación). Durante todo el día hubo muy buen ambiente, música y alegría. El viaje de regreso se hizo largo pero como fue casi todo él de noche; se aprovechó para dormir mientras un grupo de jóvenes tocaban la guitarra y cantaban canciones.

Doy gracias a la fundación por el regalo de este día y a la parroquia que me hizo la invitación.