con silvia en el alumbrado del Tunal
Las hermanas Elisa y Tomasa
El lunes 8 de diciembre, es un día muy significativo para las hermanas marianistas pues renuevan los votos. Este año, lo hicieron en la comunidad del J. Vargas. Además de las hermanas, estaban familiares de algunas religiosas, así como alguna presencia de fraternidades. Tomaron parte un hermano (Jhon Albert), un religioso (Chucho Obando), quien celebrabó la ceremonia.
El lunes 8 de diciembre, es un día muy significativo para las hermanas marianistas pues renuevan los votos. Este año, lo hicieron en la comunidad del J. Vargas. Además de las hermanas, estaban familiares de algunas religiosas, así como alguna presencia de fraternidades. Tomaron parte un hermano (Jhon Albert), un religioso (Chucho Obando), quien celebrabó la ceremonia.
La celebración fue muy entrañable, en familia, con mucha alegría y mucho reencuentro... después hubo un piscolabis para compartir y Angélica me acompañó al tunal donde había quedado con Malú para ver el alumbrado y tomar algo. Fue un día muy bonito y también de despedidas a la vez pues era la última vez que estaba en las comunidades de las hermanas.
Las hermanas habían estado de ejercicios espirituales y se les reflejaba en el rostro, con una mirada renovada y llena de ilusión. Lo mismo que le sucedía a la hermana Marleny quien estuvo un mes de ejercicios y sus ojos brillaban de forma especial. Asistió una chica joven que este enero entrará al prenoviciado en la comunidad del J. Vargas, tiene 19 años y es una maravilla poder compartir con ella. Se la ve tan feliz del paso que va a dar, que infunde alegría y esperanza en las vocaciones marianistas.
Gracias a todas las hermanas por su ejemplo de vida consagrada y entregada a favor de ser reflejo del mensaje de amor más maravilloso del mundo y ponerlo en práctica con el carisma marianista.
La tarde noche de paseo con Malu y Silvia fue muy hermosa. hicimos cola para ver a papa noel pero se tuvo que ir antes de tiempo, aunque logramos verle de lejos. la verdad es que da gusto pasear por la ciudad con gente tan encantadora y con niños, que alegran la vida. Nos tocó esperar un rato a que llegase el autobús, pero finalmente pudimos alcanzar tras una tarde buenísima el destino final, la casa; y así poder descansar un poco.